En este contexto de crisis y de profunda incertidumbre, se siente cada vez de manera más clara la necesidad de cultivar sensibilidades que faciliten nuestros procesos de transformación y adaptación. Para esto no basta con tener información sobre las manifestaciones de la crisis. Si bien esa información es importante, es también insuficiente para el tipo de respuestas que la Tierra realmente necesita de nosotres: respuestas que se nutran tanto de lo individual como de lo colectivo, que exploren tanto el acercamiento racional como el emocional, tanto lo somático como lo espiritual. En otras palabras, que exploren la liminalidad, el territorio de las conexiones entre lo que nos hemos acostumbrado a considerar como opuesto, y que es precisamente donde surge y se sostiene la vida.
Este encuentro de cinco días es una invitación a explorar maneras de navegar la incertidumbre, la tristeza, el dolor y el miedo que inevitablemente surgen en tiempos como estos, y también es una invitación a explorar las maneras en que podemos re-orientarnos para participar de manera más activa en el proceso de transformar nuestra relación con la Tierra, de manera que podamos redescubrir la belleza que siempre es accesible cuando cultivamos una relación de cuidado y reciprocidad con ella.
1 ~ Comenzar donde estamos: presencia y curiosidad
Mucho de nuestro acercamiento a la crisis ecológica ha estado marcado por el enfoque en el pasado que le dio forma a la crisis y los posibles desarrollos futuros. Esta es una invitación a reubicarnos en el presente, a reconocer cómo se siente estar vives en este momento, sintiendo plenamente las manifestaciones del pasado y la incertidumbre frente a un futuro que no conocemos, y reconociendo esta intersección como una oportunidad para reconectar con la experiencia sensible de nuestros cuerpos animales, vulnerables, finitos y que requieren atención y cuidados.
2 ~ Desprender las capas: transiciones y duelo
La crisis es también un momento de transición. La vida y la muerte son manifestaciones del mismo proceso, y por eso parte esencial de nuestra participación en la transformación colectiva consiste en aprender a reconocer lo que es necesario dejar atrás, lo que podemos acompañar a morir. Para que esto sea emocionalmente sostenible, necesitamos también espacios de contención y acompañamiento para los procesos de duelo, que nos permitan encontrar la belleza en esas transformaciones, en el colapso de lo conocido que abre caminos para que emerja lo que será posible después.
3 ~ Buscar orientación: transformación interior y exterior
La sabiduría necesaria para hacer frente a la crisis está presente en el mundo vivo, en los seres y los paisajes que junto a nosotros conforman la Tierra, y está presente también en nuestros propios cuerpos. Para que podamos actuar a partir de esa sabiduría hace falta que soltemos la idea de que podemos ser salvadores y que nos abramos a las posibilidades de colaboración, no solo con otros seres y otras manifestaciones de la naturaleza, sino con las diversas conversaciones que surgen cuando prestamos atención a las conexiones entre nuestro cuerpo animal y la tierra viva que lo hace posible.
4 ~ Abrir nuevos caminos: imaginación y creatividad
La crisis de nuestra relación con la Tierra es también una crisis de imaginación. Para participar en la transformación colectiva necesitamos cultivar nuestra creatividad y nuestra capacidad de imaginar otras maneras de vivir que se adapten a los ritmos de la Tierra, y necesitamos abrirnos a aprender de otros seres, a valorar creatividades distintas a la nuestra. Con estas herramientas podemos retornar al inicio, a la presencia y la curiosidad que nos permiten ya no solo ver la crisis y el inevitable dolor, sino también el disfrute y la belleza que existen en la oportunidad de dar origen a nuevas formas de vivir en —y con— la Tierra.
El retiro tiene una modalidad teórico-práctica. Cada día incluirá sesiones de presentaciones, así como espacios para ejercicios individuales y discusiones grupales. También habrá amplio tiempo para el descanso y la exploración independiente. Se recomendarán materiales (lecturas, documentales, etc.), prácticas y recursos adicionales para que les participantes exploren entre sesiones o en su propio tiempo.
Documentalista y antropóloga interesada en explorar la relación ser humano-naturaleza en sus dimensiones afectivas, existenciales y espirituales. Su trabajo se inspira y se informa en los campos de las humanidades ambientales, el ecofeminismo y la ecología espiritual. Es co-fundadora de Wimblu, un estudio de documental creativo que crea historias para restaurar nuestro sentido de pertenencia y conexión con el planeta.
Ecologista y creadora de redes de aprendizaje enfocadas en experimentar y compartir herramientas para cuidar la Tierra: el planeta que somos. A través de su trabajo busca hacerle el camino más fácil a quienes también quieren observar, cuestionar y regenerar su relación con la Tierra.