NADA BRAHMA
Un ensayo sobre lo que el udu podria decirnos acerca de la sustancia de la vida.
Tenía alrededor de 8-9 meses cuando vi por primera vez el mar y un bloque errático en el agua, a escasos pasos de mi hogar en el Mar Báltico en Estonia. La roca había quedado varada allí hace miles de años, como una refugiada proveniente de otra masa de tierra. La extensión infinita del mar debe haber creado una impresión tan fuerte en mí cuando era una niña pequeña que guardé la conmoción de semejante belleza en mi interior y sesenta años después fui capaz de liberarla en una película.
Durante la mitad de mi vida había aprendido a no hundir raíces profundas en la tierra. Nuestros pies están sobre la tierra, pero la parte superior de nuestro cuerpo siempre busca los cielos. El viento toca nuestras mejillas, invitándonos a tomar el cielo. Pero es imposible. Estamos a la vez arraigados y desarraigados. La piedra se asemeja a un ser humano rodeado de tormentas: incluso un bloque errático ha sido recogido y llevado lejos de su hogar geológico. Estar en casa es estar arraigado en el desarraigo. Lo he sabido inconscientemente desde que nací y lo he redescubierto a lo largo de mi vida. He aprendido conscientemente a aceptar la paradoja de que la vida es abierta y cerrada al mismo tiempo.
‘Piedra Madre'' sumerge al espectador en la experiencia incipiente de una criatura recién nacida, cuya primera tarea es observar su entorno y establecer un sentido de escala. ¿Soy diminuta o enorme? ¿Y qué clase de criatura puedo ser? ¿Un insecto? ¿Parte de los cimientos de una roca extraviada? Sin puntos de referencia humanos, no hay una respuesta clara. Ni tampoco hay historia.
Named by a stranger:
only a stranger can give a name,
if for days as long as centuries,
I have been name-less,
undifferentiated from sea or shore,
or the gulls,
who dropped for an instant,
the flag of occupation on my lichened territory.
Found by a stranger.
Strange, because never lost.
I am the conquistador's new-found-land,
forever named, as his creation,
trophy and reward.
This erratic boulder,
crazily carried uncompassed
until the ice-road,
finding no charted destination,
repented it's promise of purpose
and melted without trace or terminus.
I am Uluru of the glacial desert,
Ka'aba of the Ugric tribes,
standing, a grey catafalque,
a stone, proud now,
a holy henge,
in whose hushed presence,
the surf genuflects,
and never turning it's back,
retreats, making way for the next wave of pilgrim piety.
No holy book explains me.
No dogma deadens the vital pulse of my deepest vein.
Serving neither science nor solstice,
I am helpless.
My stone-swaddled fingers enclose no note
to tell my story,
set aside a mother's guilt
or trigger sympathy.
A foundling feared, as fleeing migrants are,
a meteor uncoupled from my asteroid kin.
Will the portress,
unlatching at dawn,
return the bolt in haste,
certain that the naked newborn
is portent of plague, defeat or regicide?
Or will she summon her sisters
to kneel,
yet still exclude me
in awed reverence for this bastard virgin-born?
Or will the sisterhood link arms
and embrace me, a sister too,
still glowing in creation's bloom
and drizzled by the amniotic sea?
En este Encuentro con Autores, la cineasta estonia Kersti Uibo nos habla del proceso creativo de su cortometraje «Piedra Madre», de su visión del cine documental y de su relación con el paisaje.
*Conversación en inglés